Después de tanto tiempo sin escribir, hoy quiero enseñaros uno de esos muebles olvidados que al restaurarlos podemos seguir disfrutando otro montón de años.
El septiembre pasado subí a Barcelona a ver a mi hermano y cuñada, que es como estar en casa, compartiendo charlas, pelis y paseos por la playa. Todo un lujo poder ir a ver a su amigo payés que cultiva unas verduras estupendas. Uf, qué tomates, de esos que saben a tomate pero de verdad. ¡Qué sorpresa cuando vi en un rincón de su inmenso huerto esta preciosidad!
¡Manos a la obra!
Lo primero anticarcoma porque hasta se podía oír el ruido que producían. Inyectando agujero por agujero con infinita paciencia para no dejar ni uno, una pasada generosa con pincel para que penetrara bien, bolsa de plástico bien cerrada y a esperar un mes sin tocarla en sitio fresco.
Después limpieza con nuestra maravillosa fórmula y a emplearse a fondo hasta dejarla así de bonita
Me encantó la beta tan bonita que apareció y decidí tan sólo pintar las patas, encerándola para darle un aspecto natural.
Para las patas elegí un tono gris que me pareció espectacular de las pinturas de Restaura y Recupera, hechas con pigmentos naturales por mi amiga Yolanda. Pero antes de pintarlas hice un decapado muy suave para dar más volumen.
Espero que os guste el resultado tanto como a mí.
Que bonita te quedó, me encanta la combinación de colores del gris con el marrón de la madera.
ResponderEliminarBesitos!